domingo, 11 de noviembre de 2007

Motril: sal y azúcar

Aquí huele a sal y a azúcar, a fruto y a caña, esto es el Sur de Granada. Desde mi casa, disfrutando de la vista del mar aterciopelado, reflexiono, sin evitar que a la cabeza me vengan falsas promesas, proyectos inacabados y olvidados por décadas en el tiempo. Granada es sinónimo de belleza, historia, cultura y gastronomía, sin embargo somos los grandes olvidados.

Vivo en un enclave alejado de autovías. En Motril, hace décadas que soñamos con poder salir y llegar a nuestra ciudad sin tener que sudar y llorar en grandes colas atestadas de coches y de conos que cada año les cuesta miles de euros a aquellos que se niegan a darnos unas infraestructuras necesarias con las que sí cuentan ya el resto de provincias andaluzas. Hace días me sonó irónico que un ciudadano de Barcelona calificara a su ciudad de tercermundista, debido a los incidentes que se están produciendo estos días con las obras del AVE. Entiendo que cada ciudadano tiene sus quejas, pero quisiera tomarme la libertad de decirle a ese señor, que nosotros llevamos décadas esperando una autovía que nunca llega, olvidados totalmente del resto de Andalucía.

Comparándonos irremediablemente con las demás provincias en las que sí invierten, por ejemplo en Málaga donde este verano han inaugurado el segundo tramo de la famosa autovía del mediterráneo, que esparamos ansiosos, desde hace muchos años, que algún día llegue hasta aquí. Así que me van a perdonar que me pregunte, si Barcelona es tercermundista, ¿cómo debo calificar a Granada?, ¿qué versos escribiría Lorca si levantara la cabeza y viera que su querida Granada solo es recordada por aquellos que sí creen en sus grandes posibilidades?. Aquí huele a sal y a azúcar, huele a esperanza, a sueños, no dejaremos de luchar por lo que un día nos prometieron frente a un mar que no olvida.

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